La peseta se estableció como unidad básica del sistema monetario español mediante un Decreto del Gobierno promulgado el 19 de octubre de 1868. Fue la moneda común utilizada en toda España durante más de 130 años. Las primeras monedas de peseta se acuñaron en 1869, en la ceca de Madrid, que posteriormente se convertiría en la actual Fábrica Nacional de Moneda y Timbre – Real Casa de la Moneda FNMT-RCM. El diseño de la nueva moneda legal llevaba una matrona inspirada en las monedas romanas acuñadas bajo Adriano.
Desde aquellas primeras monedas hasta las últimas pesetas acuñadas en 2011, tuvieron diferentes valores, tamaños, permisos de metal y diseños de cabeza y cola. Los primeros billetes de pesetas se imprimieron el 1 de julio de 1874, cuando se concedió al Banco de España el derecho exclusivo de imprimir billetes. Una moneda de 2,5 pesetas de 1953, actualmente muy difícil de encontrar, tiene un valor de mercado de entre 750 y 1.700 euros, y las monedas de 50 pesetas acuñadas en 1957 se «venden» a unos 775 euros en eBay, aunque las «versiones de prueba» que no llegaron a ponerse en circulación se han vendido hasta por 10.000 euros.
Una de las más buscadas por los coleccionistas es la moneda de 2,5 pesetas de 1946 -antes de que apareciera Franco en el reverso- y las «monedas de prueba» que no circulan pueden alcanzar los 10.500 euros. Hasta ahora, la venta de monedas más lucrativa ha sido la de una pieza de cinco pesetas de 1949, subastada por Cayón Subastas por un precio inicial de 30.000 euros, pero que finalmente se vendió por la friolera de 36.000 euros. Para quienes tengan un cajón lleno de pesetas antiguas pero no tengan la suerte de tener una de las valoradas, tienen hasta el 31 de diciembre de 2020 para cambiarlas por euros en el Banco de España.
Es dinero suficiente para cubrir el coste de la prevista ampliación del aeropuerto Adolfo Suárez-Barajas de Madrid, o para pagar nueve veces la última oferta del club de fútbol Real Madrid por el jugador del PSG Kylian Mbappé. Pero lo que hace unas semanas era una fortuna repartida en miles de hogares españoles, hoy no tiene ningún valor, salvo para los coleccionistas. Los españoles se han quedado con un total de 262.000 millones de pesetas, por valor de unos 1,6 billones de euros, según el recuento final realizado por el Banco de España.
Esto supone 33 euros por habitante de España, si se reparte entre los 47 millones de personas que hay en el paÃs. Olvidados en cajones o cofres, perdidos en la playa o en el campo, o guardados con fervor nostálgico, unos 793 millones de euros en billetes y 782 millones en monedas se han quedado sin cambiar por euros. Es una suma considerable si se compara con la de Portugal, que se quedó con un total de 40 millones de euros en escudos.
En Francia, los ciudadanos sólo se quedaron con 526 millones de francos, a pesar de que el paÃs tiene una economÃa más grande que la de España y ha dejado un plazo más corto para el canje ※ hasta febrero de 2012. Mientras que las sumas en España son vertiginosas, la mayorÃa de las pesetas que todavÃa están en circulación fueron devueltas hace mucho tiempo. El euro entró en circulación el 1 de enero de 2002 y en sus primeros seis meses de vida se cambiaron el 94,5% de las pesetas.
A partir de ese momento, se ha producido un flujo constante de depósitos, hasta llegar al 96,8% de devoluciones en los últimos 19 años. Real, escudo y peseta eran algunas de las monedas españolas antes del euro. La mayoría de las transiciones de una a otra se produjeron debido a la unificación territorial.
De forma orgánica, muchas regiones comenzaron a llamar a su dinero con nombres diferentes, hasta que se implantó una nueva forma de pago. Antes de que existiera el euro, la peseta fue la moneda oficial de España desde 1869 hasta 2002. La palabra peseta deriva del catalán peceta, diminutivo de peça, y significa «pieza pequeña».
En el siglo XV, las pesetas eran de plata y equivalían al valor de dos reales. La peseta fue la moneda nacional de España desde 1869 hasta 2002, cuando fue sustituida por el euro. El nombre de peseta proviene de la palabra catalana peça que significa “fracciónâ€.
Antes, en 1808, se acuñaron en Barcelona algunas monedas no oficiales con la palabra peseta. Las pesetas españolas se dividen en 100 céntimos – las monedas de 25 céntimos también se llamaban Reales. La última moneda de Reales se acuñó en 1959 con la imagen de Franco.
Moneda española de 25 céntimos o Reale Cada peseta encierra en sus diminutas proporciones la historia, la política, la religión, la economía y el arte del instante en que fue acuñada. La peseta alberga 134 años de historia española concentrada. Cuando se introdujo el euro el 1 de enero de 2002, el gobierno español permitió la circulación de ambas monedas durante tres meses, tras los cuales las pesetas podían cambiarse por euros en cualquier banco hasta finales de junio de ese año.
A partir de entonces, el cambio sólo podía realizarse a través del banco central. Al igual que en otros países con monedas de bajo valor, en los que la gente está acostumbrada a pagar en unidades de cientos y miles, la introducción del euro, que estaba valorado en 166 pesetas