Porque se produce la conjuntivitis

Tanto la conjuntivitis viral como la bacteriana pueden aparecer junto con resfriados o síntomas de una infección respiratoria, como el dolor de garganta. El uso de lentes de contacto que no se limpian correctamente o que no son propias puede causar conjuntivitis bacteriana. Ambos tipos son muy contagiosos.

Se propagan por contacto directo o indirecto con el líquido que escurre del ojo de alguien infectado. Pueden afectar a uno o a los dos ojos. La conjuntivitis alérgica afecta a ambos ojos y es una respuesta a una sustancia que provoca alergia, como el polen.

En respuesta a los alérgenos, el cuerpo produce un anticuerpo llamado inmunoglobulina E IgE. Este anticuerpo desencadena unas células especiales llamadas mastocitos en el revestimiento mucoso de los ojos y las vías respiratorias para que liberen sustancias inflamatorias, entre ellas las histaminas. La liberación de histamina por parte del organismo puede producir una serie de signos y síntomas de alergia, como el enrojecimiento o el color rosado de los ojos. Los ojos de los recién nacidos son susceptibles a las bacterias normalmente presentes en el canal de parto de la madre.

Estas bacterias no causan síntomas en la madre. En raras ocasiones, estas bacterias pueden hacer que los bebés desarrollen una forma grave de conjuntivitis conocida como oftalmia neonatorum, que necesita tratamiento sin demora para preservar la vista. Por eso, poco después de nacer, se aplica una pomada antibiótica a los ojos de cada recién nacido.

La pomada ayuda a prevenir la infección ocular. La conjuntivitis alérgica no es contagiosa y suele aparecer en primavera, verano y principios de otoño. Suele desencadenarse por la exposición al polen de las plantas y las hierbas.

Las personas alérgicas a los animales o a los ácaros del polvo pueden verse afectadas durante todo el año. La conjuntivitis también puede producirse en personas con determinadas afecciones médicas. Entre ellas se encuentran la enfermedad tiroidea, la gota, algunos tipos de cáncer, ciertas afecciones cutáneas como la rosácea o la psoriasis, la tuberculosis y la sífilis.

Los signos y síntomas de la conjuntivitis son los siguientes La conjuntivitis, también conocida como ojo rosado, se produce cuando la conjuntiva, la parte blanca del globo ocular, y el párpado interno se irritan a causa de una infección o una alergia. La conjuntivitis es muy contagiosa y puede estar causada por diferentes tipos de virus y bacterias. Puede aparecer con resfriados o síntomas de una infección respiratoria, como el dolor de garganta.

El uso de lentes de contacto que no se limpian correctamente, o que no son propias, puede causar conjuntivitis bacteriana. La conjuntivitis se transmite con mayor frecuencia a través del contacto directo con el ojo de manos u objetos contaminados con el virus o la bacteria. También puede propagarse a través de las gotitas de las vías respiratorias.

La conjuntivitis alérgica no es contagiosa. La conjuntivitis puede producirse en uno o en ambos ojos. Los síntomas de la conjuntivitis son: enrojecimiento, picor, sensación de arenilla, lagrimeo excesivo o una secreción que forma una costra que puede impedir que el ojo o los ojos se abran por la mañana.

El tratamiento de la conjuntivitis suele centrarse en el alivio de los síntomas. Las lágrimas artificiales y las compresas oculares pueden aliviar los síntomas. Los usuarios de lentes de contacto pueden tener que dejar de usarlas hasta que se resuelva la infección.

Por lo general, no se necesitan colirios antibióticos, ya que la mayoría de los casos de conjuntivitis están causados por un virus; sin embargo, pueden recetarse para las infecciones que se sospecha que están causadas por bacterias o por el virus del herpes simple. La conjuntivitis alérgica puede tratarse con medicamentos que ayudan a controlar las reacciones alérgicas, como los antihistamínicos y los estabilizadores de mastocitos, o con fármacos que ayudan a controlar la inflamación, como los descongestionantes, los esteroides y las gotas antiinflamatorias. Aunque la conjuntivitis puede causar síntomas desagradables y una secreción antiestética, no suele ser una infección grave y se resuelve sin efectos a largo plazo.

La conjuntivitis puede prevenirse practicando una higiene de manos diligente, evitando tocarse los ojos con las manos, utilizando una toalla y un paño limpios a diario, evitando compartir toallas o paños, lavando o cambiando las fundas de las almohadas con frecuencia, y evitando compartir cosméticos oculares o artículos de cuidado personal de los ojos. La conjuntivitis puede darse en personas de todas las edades. Sin embargo, la conjuntivitis infecciosa es más frecuente en los niños que en los adultos, ya que las bacterias y los virus se contagian fácilmente de niño a niño cuando juegan.

En los bebés, la conjuntivitis suele ser el resultado de un conducto lagrimal parcialmente abierto o bloqueado. La conjuntivitis neonatal que se produce durante las tres primeras semanas de vida del bebé puede estar causada por una infección contraída durante el parto. La conjuntivitis bacteriana y vírica suele aparecer al mismo tiempo que un resfriado u otra infección de las vías respiratorias, como la faringitis estreptocócica o la sinusitis.

La conjuntivitis bacteriana también puede estar causada por el uso de lentes de contacto que no se han limpiado correctamente. Dado que las conjuntivitis bacterianas y víricas son muy contagiosas, es importante un diagnóstico y tratamiento tempranos para evitar infectar a otras personas. La conjuntivitis se produce cuando la conjuntiva del ojo se inflama.

El ojo puede volverse rojo o rosado, hinchado e irritado, y puede haber mucosidad. La conjuntivitis infecciosa puede