A lo largo de la novela, Carvalho y su ayudante Biscuter conocen a diferentes personas que reclaman la identidad de Roldán. En lugar de haber desaparecido, Roldán parece haberse multiplicado en diferentes copias que existen dispersas en ciudades de todo el mundo, como Barcelona, Zaragoza, Beirut y Estambul. Como sabemos en la parte final de la novela, estas multiplicaciones fueron creadas por Pablo Nidal Fernández, alias El Gran Hermano, que actualmente trabaja para una entidad llamada la Empresa 166.
Situada dentro del sistema de alcantarillado de España, donde controla la inteligencia comprometedora sobre las tramas secretas que interfieren en el mundo real situado en la parte superior, esta empresa es una inversión evidente de la alegoría de la caverna de Platón. Además, se lee como una aplicación de la teoría de la conspiración junto a la lógica de los simulacros de Baudrillard, sugiriendo que la desaparición de una realidad tangible es el resultado de las manipulaciones activas de una sociedad secreta.Nota 5 Dado que Luis Roldán había acumulado demasiada información comprometedora sobre las actividades de la Empresa, ésta reacciona ante esta amenaza potencial reclutando a numerosos dobles con el fin de dañar la autoridad testimonial del Roldán original.